Los cultos de Sion

No soy un músico experto ni un cantante famoso, me considero más bien un cantante que compone para Dios y sus amigos y nada más, no tengo fans ni un agente de conciertos ni nada por el estilo, y no porque lo considero algo del diablo o algo del mundo, no, sino porque simplemente no los tengo y punto XD

Tengo alrededor  de 15 años cantando en todo tipo de actividades en la ciudad de San Félix y Puerto Ordaz, he estado por el Callao, Tumeremo, Upata, y realmente sé que nadie se acuerda de mí, o anda pendiente de lo que hago o no hago, tengo uno que otro seguidor que me motivan a diario con palabras como: tu canción me hizo sentir bien.

¿Qué es lo que nos han hecho creer de este sentimiento por la música? Muchas veces nos sentimos frustrados si no vemos resultados grandiosos de lo que hacemos, pero el hecho de que no los veamos no significa que somos fracasados,  pues así como he estado en grandes conciertos como en pequeños conciertos es la misma sensación de paz por lo que haces y amas hacer, es allí donde esta lo realmente bueno del asunto, que es: hacer lo que te gusta para Dios y los que amas.

Para los años 2000 era muy difícil cantar en una actividad grande, creo que necesitabas más de un contacto para poder participar e incluso instrumentos musicales porque nadie prestaba nada, era así, eran días muy divertidos también, solo tendría unos 19 años y todo un mundo desconocido por delante, gente que te decía cosas como: sigue intentando, no te rindas. 

Que bonitos recuerdo de tocar en actividades donde simplemente lo que se quería era adorar, no se buscaba la perfección musical, aunque es muy importante, pero si se buscaba la llenura del Espíritu Santo.

Claro, eran días muy difíciles vivíamos en un mundo de adultos,  eso de ver jóvenes de 17 y 19 años haciendo cantidad de cosas en una tarima era poco común, aun en el tiempo de mis padres era así, fue con la llegada de Dante Gebel que todo cambio drásticamente y realmente las iglesias tomaron en cuenta a los jóvenes.

En el libro de Salmos 126:5 dice: Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segaran.

Solo hay que tener un poco de fe, trabajar duro y no rendirse, sigue adelante y persigue tus sueños, y una vez que los alcances, no los sueltes jamás, Dios te bendiga.

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